Los callos son zonas endurecidos o parches ásperos de piel que normalmente aparecen en los dedos de los pies, la planta de los pies o el talón. Son de color amarillo, cerosos o escamosos y son sensibles al tacto, causando dolor cuando se usa calzado. No son peligrosos, pero causan molestias o dolor, debido a la irritación o inflamación por la presión sobre la piel subyacente. Si quieres volver a tener una sensación de comodidad, comienza un tratamiento para los callos.
¿Cómo tratar los callos?
Los callos pequeños suelen desaparecer por sí solos si evitas la presión que los genera. Si tienes un callo que te causa irritación o dolor, hay varias formas de aliviar la presión y tratarlo. Cuando se sigue un tratamiento, los callos tardan entre dos y cuatro semanas en desaparecer. En cualquier caso, te servirá de ayuda cuidar tus pies, lavarlos y secarlos bien, e hidratarlos regularmente.
Si tienes la piel insensible por la mala circulación, por diabetes o por daños en los nervios, te recomendamos que antes de tratar los callos en los pies visites a tu médico o podólogo.
- Tratamiento por raspado – Normalmente, el corte por raspado es necesario para los callos grandes y dolorosos. El raspado debe ser realizado por un médico o un podólogo. Si quieres tratar el callo en casa, te recomendamos que lo limes.
- Tratamiento por limado – Si el callo te causa irritación, limarlo suavemente con una piedra pómez podría ayudarte a aliviar la presión. Te recomendamos hidratar la piel antes de limarlo. Remoja el callo en agua tibia durante aproximadamente 10 minutos para suavizar la piel. Sumerge la piedra pómez en el agua y después retira suavemente la piel muerta con movimientos circulares o laterales. Presta atención para no eliminar demasiada piel, ya que esto puede causar sangrado e infección. En su lugar, elimina pequeñas cantidades de piel y repite la acción regularmente hasta que el callo desaparezca.
- Tratamientos sin receta – Estos tratamientos se basan en proteger el callo. Los apósitos de COMPEED® Callos, por ejemplo, contienen tecnología hidrocoloide, que proporciona alivio del dolor mediante un acolchado reforzado. Además, protegen al callo de los roces y, al mismo tiempo, humedecen la zona alrededor del callo, lo que ayuda a eliminarlo.
¡La prevención es clave!
Estos tratamientos alivian inmediatamente la presión y hacen que el callo desaparezca en un periodo de 2 a 4 semanas. Aun así, un callo reaparece si la fuente de presión que lo causa permanece. Por lo tanto, es importante encontrar la razón de que lo provoca y evitarla. Puedes lograrlo solo con cambiar a un calzado más cómodo o usando almohadillas de gel (disponible en farmacias) hasta que los zapatos nuevos se den de sí. En algunos casos, los insertos para zapatos pueden ayudar a proteger el callo y aliviar el dolor. Rara vez se requiere intervención médica.
¿Cuándo debo buscar consejo médico?

Aunque los callos no son peligrosos, pueden causar irritación, inflamación o ulceración. Si notas que el callo se inflama o sientes un dolor intenso, o si no estás seguro de que lo que tienes es un callo, te recomendamos que visites a tu médico o podólogo.
Los callos que reaparecen con frecuencia pueden ser causados por anomalías en los pies, como ciertas deformidades, anomalías estructurales de los huesos, mala alineación ósea, o la marcha anormal. Si te preocupa la frecuencia o la persistencia con la que aparecen tus callos, visita a un médico o podólogo para descartar o detectar cualquiera de estas causas. En estos casos, un relleno especial o un inserto en el zapato podrían ayudarte a evitar que reaparezcan los callos o, en casos excepcionales, podría ser necesaria una cirugía.